Recientemente ha sido distinguido con el premio European Talent Support Networking Award por su labor de cooperación en el desarrollo del talento. Es una cualidad codiciada…
Todos podemos tener talento si desarrollamos correctamente nuestras capacidades. Todos los niños y niñas tienen capacidad para ser buenos en algo, si bien es verdad que no todos tenemos el mismo grado de capacidad. Lo importante es atender las necesidades de cada individuo para desarrollar todo su potencial reforzando a aquellos que tengan necesidades especiales.
¿El talento no es algo innato?
En absoluto. La capacidad puede ser innata pero es necesario trabajar, esforzarse y sacar rendimiento de esta cualidad para que haya talento. Cuando no se desarrollan estas capacidades aparece la frustración y el fracaso.
La frustración es un mal que acecha las aulas. ¿Cómo gestionarla?
Lo ideal sería no llegar a ese estado. Detectar altas capacidades (y, por lo tanto, desarrollar talentos) es fácil si queremos hacerlo. El problema es que la escuela no está orientada a ello. Si continuamos como hasta ahora quedarán muchos talentos por desarrollar fomentando así la frustración y el desapego de los niños y niñas que necesitan una atención especial. A día de hoy cuando a un alumno le cuesta resolver un problema de matemáticas se detecta su necesidad y se refuerza. Sin embargo nadie se plantea proponer a los alumnos ejercicios complicados a propósito para descubrir si alguno de ellos es capaz de resolverlos por capacidades propias. Sería interesante realizar este tipo de ejercicios.
¿Deberíamos evaluar a todos los alumnos para detectar altas capacidades?
Todos los centros deberían sistematizar pruebas periódicas para evaluar el potencial de todos los alumnos para conocer las necesidades específicas de cada uno. Es algo más complejo que etiquetar a unos y otros, algo que, por cierto, deberíamos desterrar: El objetivo es que el sistema educativo se adapte a los alumnos y no al revés como sucede ahora.
Para desarrollar todos los talentos potenciales la escuela debería…
Darse la vuelta como un calcetín. La competencia debería primar sobre la edad y la estructura de los cursos académicos como la entendemos ahora debería desaparecer. Las escuelas de hoy en día son centros de enseñanza cuando deberían ser de aprendizaje.
¿Cómo formularía usted este sistema educativo?
Yo creo en los planes personalizados, en el aprendizaje adaptativo. Cada alumno tiene su ritmo y no se puede forzar ni a unos a ir más rápido ni a otros a ir más lento, porque de esta forma fracasan unos y otros. El alumno debe gobernar sobre su aprendizaje porque los profesores no podemos aprender por ellos. El aprendizaje es algo radicalmente personal.
¿Y qué papel le queda al profesor?
El más importante, el de guía. En un centro con aprendizaje adaptativo las paredes de las aulas deberían desaparecer, los niños deberían interrelacionar materias y conocimientos y desarrollar el trabajo en equipo. El profesor se convierte en un mentor que señala el mejor camino para cada alumno estimulando el desarrollo de sus capacidades de forma individual.
¿Cómo participaría el profesor en este aprendizaje?
Enseñando al alumno a encontrar la información que necesita y que quiere conocer, enseñarle valorarla y sintetizarla. No podemos coartar la curiosidad de los alumnos como ha sucedido hasta ahora, que hemos estado limitados por los conocimientos ofrecidos por un libro de texto. El profesor debe estimular a cada alumno a desarrollar sus intereses y su capacidad para brillar en el área que él desee.
¿Debemos otorgar entonces un mayor grado de autonomía a nuestros alumnos?
Los niños y niñas deben dominar una serie de competencias básicas, pero a partir de aquí debemos permitir que cada uno tenga su propio itinerario. Los alumnos avanzarán en función de sus propias necesidades. La educación es un proceso de desarrollo personal y hay que habilitar carriles que permitan ir a cada uno a su velocidad.
¿Las TIC pueden ser una buena herramienta para ello?
Las TIC son la clave de esta vuelta de calcetín. A través de ellas se puede trabajar sobre un mismo tema a diferentes ritmos y niveles, es la esencia de la enseñanza adaptativa. Poder proponer a unos alumnos un tipo de trabajo y otro distinto a otros compañeros es la clave de esta adaptación del sistema que no implica en ningún caso separar físicamente a los niños y niñas como sí pasa ahora en muchas aulas de nuestras escuelas. Muchos profesores ya utilizan las TIC en este sentido, pero aún hay profesionales que sencillamente han sustituido el papel por el soporte digital, sin explotar el potencial que tienen las nuevas herramientas.
¿Cómo cree que las plataformas educativas como Tiching pueden ayudar a mejorar la educación?
Son fundamentales para encontrar materiales adecuados a cada niño y a cada necesidad. Es una pieza clave en la enseñanza adaptativa y la personalización del aprendizaje. Además su estructura facilita el trabajo a quien busca material ya que está todo clasificado y valorado por otros profesionales.
Y en cuestión de notas… ¿evaluamos a nuestros alumnos de acuerdo a sus capacidades?
No, porque el sistema está pensado para que todos los alumnos adquieran las mismas competencias al mismo tiempo, lo que implica condenarlos a limitar su desarrollo personal. El rendimiento de las personas debería equipararse a su potencial. Ser el primero de la clase pero estar rindiendo al 10% de tu capacidad es un puro fracaso. Debemos transmitir a nuestros alumnos un mensaje muy claro: nadie es nada, todos estamos en proceso de ser.
Fuente:Tiching