Creo que hoy en día poco a poco son más y más las personas que se preguntan y me incluyo, ¿por qué es que habiendo tantas evidencias, estudios, hechos que comprueban que la educación necesita cambios, estos van a paso de tortuga o bien no son tan notorios o urgentes como querríamos?
Es cierto también que hay personas que poco a poco despiertan y son capaces de ver la educación con otra mirada que apunta más a las reales necesidades de nuestros niños y jóvenes de hoy, y por qué no decirlo a las reales necesidades del MUNDO DE HOY. Siempre he sido de las personas que prefieren ver el vaso medio lleno a medio vacío, es por esto que sé que aunque los cambios sean lentos, me gusta y me da esperanzas el saber que existen personas que ya luchan o se interesan por ofrecer a sus hijos y/o alumnos una educación integral amorosa y consciente. Hay infinidad de información que circula en la red que avala la idea de que ya son muchas las personas que plantean nuevos e innovadores modelos educativos que hacen hincapié en el interés y necesidades de cada niño en particular, dejando de esta forma de lado la idea de que todos debemos ser educados de acuerdo a un molde que sirva y sea productivo para la sociedad (enferma) en la que vivimos.
Temo que la producción en masa haya llegado para quedarse, tanto en el comercio como en la educación. Hay que vaciar a todos los niños en el mismo molde; hay que educarlos para que jamás discutan nada. Y si los chiquitines sufren en el ínterin, eso es algo que a nadie le importa. Lo único que vale es el sistema, coactivo, la estandarización del carácter para que todos piensen en la misma forma, vistan en la misma forma, hablen en la misma forma. ¡La uniformidad ante todo! Y miles de pobres niños indefensos lloran y se sienten desgraciados en sus escuelas-fábricas”. Alexander Sutherland Neill
Si nos remontamos al pasado la necesidad de hacer cambios ya se hacía notar, solo debemos mencionar métodos alternativos como lo son Waldorf y Montessori entre otros, que se remontan a principios del siglo XX aproximadamente. Si viajamos aún más en el pasado encontramos a personajes como Johann Heinrich Pestalozzi (1746-1827), Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) que planteaban la necesidad de una educación más libre y en contacto con la naturaleza, una educación sobre todo basada en la experiencia y no en la dirección. Y por qué no referirnos también a Alexander Sutherland Neill educador fundador de la escuela “Summerhill” considerado uno de los centros pioneros de la educación en libertad, fundada en 1921. Así como ellos hay muchos más personajes que hace ya décadas y siglos se plantearon remover el concepto de educación establecido con la finalidad de hacer mejoras, y de esta manera estimular un modelo educativo basado más que nada en las experiencias de cada alumno, otorgándole importancia al juego y dando espacio a la libertad y al respeto al niño y a su infancia. Habemos también los que en la actualidad luchamos de manera más silenciosa y discreta, pero no por eso menos válida.
Asignad a los niños más libertad y menos imperio, dejadles hacer más por sí mismos y exigir menos de los demás».Jean-Jacques Rousseau
Hoy sabemos que la escuela ya no es necesariamente sinónimo de “educación”, ya que educación es todo aquello que experimentas en tu día a día a partir de tus propias experiencias. Yo así como tú en estos momentos, nos estamos educando solo por el hecho de compartir experiencias a través de este artículo y no estamos sentados dentro de una sala de clases necesariamente. La Educación es la Vida misma, que a partir de sus altos y bajos nos ayuda a replantearnos o confirmar nuestras creencias y visiones del mundo cuando somos adultos y descubrirnos y abrirnos al mundo cuando somos niños.
Después de haber hecho un viaje al pasado repasando a aquellos personajes comprometidos con una educación alternativa e integral, llegamos al presente. Y es aquí situándonos en este preciso momento que es que no podemos seguir haciendo oídos sordos y vendando nuestros ojos a una realidad que nos pide a gritos cambios en el sistema educativo. Hemos nacido para aprender…, para asombrarnos, maravillarnos, entusiasmarnos, emocionarnos, así es como aprendemos. Lo avalan un sinnúmero de estudios sobre el cerebro humano, lo dice la neurociencia, pedagogos y expertos en el tema. Ya no podemos seguir negando el hecho de que si entro a una sala de clases y tengo a un profesor enfrente hablando y hablando durante 45 minutos aproximadamente, sin estímulo, sin interacción alguna, no aprenderé casi nada por no decir nada.
Para entender de mejor manera el tema relacionado a los avances en “neuroeducación”, he querido adjuntar este video que lo explica todo de manera detallada. Da a conocer una entrevista a Francisco Mora, autor del libro: “Neuroeducación. Sólo se puede aprender aquello que se ama”. Entre las cosas que plantea podemos recalcar la importancia que le da a la emoción como ingrediente fundamental para poder enseñar. A la hora de educar hay que evocar la curiosidad, aquello que sobresale, que es diferente. Lo anterior despierta el interés guiado por la emoción que abre las ventanas de la atención, poniéndose en marcha de esta manera la maquinaria del conocimiento. No sirve ya de nada exigir la atención, sino que hay que despertar el interés y la motivación a partir de experiencias novedosas…
Nuestra tarea entonces es aprovecharnos de toda esta maravillosa información con tal de crecer y seguir mejorando en pro de nuestros niños y alumnos y una educación óptima para el MUNDO DE HOY. Una educación que se aproveche de los avances científicos para estimular nuestras aéreas cognitivas, de la mano de una educación emocional y de valores que tanto nos hace falta hoy en día. No nos olvidemos nunca que “Educar la mente sin educar el corazón no es educar en absoluto” como decía ya Aristóteles.
Y recuerden, hemos nacido para aprender…, que no nos quiten ese derecho.
Por Evelyn E.