La ciencia está corroborando ahora que la gestión de las emociones básicas y universales debería preceder a la enseñanza de valores y, por supuesto, de contenidos académicos. Los niños se juegan con ello su vida de adultos. Richard Davidson es uno de los neuropsicólogos pioneros en este campo,
Entrevista de Eduardo Punset con Richard Davidson, neuropsicólogo de la Universidad de Wisconsin-Madison. Parte de su trabajo involucra la investigación sobre el cerebro y su relación con la meditación.
Eduard Punset: Creo que nuestros teleespectadores estarán muy agradecidos si les resumimos lo que esperamos de la inteligencia social y emocional aplicada a las escuelas, a los niños, en pocas palabras. Has sido uno de los grandes investigadores que ha aplicado esta práctica a los Estados Unidos… ¿Qué significa?
Richard Davidson: El tipo de habilidades de las que hablamos incluyen habilidades para aprender a dominar las emociones, en concreto la capacidad de controlar las emociones negativas para que, cuando ocurre una adversidad, éstas no persistan más de lo necesario. Las personas (y los niños, concretamente) pueden aprender a disipar estas emociones negativas para volver al estado inicial. Es algo muy, muy importante, porque cuando las emociones perturbadoras se producen en la mente, interfieren con la capacidad de aprender de los niños. Por consiguiente, la habilidad de controlar las emociones es crucial para ayudar a que los niños aprendan mejor. Otra habilidad consiste en aprender a prestar atención de una manera mejor, aprender a concentrarse. Lo más importante que hemos aprendido sobre el cerebro en la última década es que es el órgano que está construido para cambiar como respuesta a la experiencia. Es el responsable del aprendizaje. Y sabemos que el cerebro, especialmente al principio de nuestra vida, es mucho más susceptible a cualquier influencia de lo que será más tarde.
Eduard Punset: De modo que, realmente, lo que sugieres es que podemos gestionar las emociones. Otra cosa importante es aceptar que realmente nuestro cerebro puede cambiar, puede aprender. Y esto es difícil, ¿no? Porque, normalmente, para aprender, tienes que estar dispuesto a cambiar de opinión, y las personas no aceptan fácilmente los cambios.
Richard Davidson: Bueno, una de las consideraciones importantes es que el cerebro siempre está cambiando, tanto si nos gusta como si no, tanto si pretendemos que cambie como si no. A todos nos influye el entorno, la cultura, el contexto en el que residimos, el tipo de educación que recibimos…
Eduard Punset: …nuestra biología
Richard Davidson: Y nuestra biología. Todas esas cosas nos influyen, pero el cerebro está cambiando constantemente, ¡y lo que este trabajo sugiere es que podemos responsabilizarnos más de nuestro propio cerebro! ¡Y podemos desarrollar condiciones más positivas que permitirán que cambie de maneras que resulten más beneficiosas!
Eduard Punset: ¿Habéis podido evaluar o examinar alguna de estas experiencias educativas, alguna de estas reformas?
Richard Davidson: Hemos trabajado en el laboratorio analizando tipos de intervenciones muy específicas que se pueden diseñar… por ejemplo, para aumentar la cooperación y la compasión, y el altruismo. Y luego hemos estudiado la manera en la que esto cambia el cerebro durante la adolescencia. Y resulta que con solamente dos semanas de entrenamiento…
Eduard Punset: Dos semanas…
Richard Davidson: Dos semanas en las que se practica 30 minutos al día… pues bien, con esto basta para poder detectar cambios que suceden en el cerebro tras solamente dos semanas.
Eduard Punset: ¿Te refieres a asuntos como el altruismo y la compasión, verdad?
Richard Davidson: Sí, sí. Hay cambios específicos en el cerebro que están asociados con los cambios en el altruismo y que se pueden medir conductualmente. Y todo lo que sabemos sobre el cerebro nos indica que cuanto antes se realice la intervención, tanto mejor, porque habrá más probabilidades de que sus consecuencias persistan durante un período de tiempo más largo.
Eduard Punset: Y para este asunto de enseñar más altruismo, menos violencia, más empatía… ¿a qué edad crees que es más efectivo?
Richard Davidson: Basándome en lo que sabemos sobre el cerebro, las intervenciones que se producen antes de la adolescencia tienen un impacto mucho más duradero que las que se producen después de la adolescencia. Sabemos, por ejemplo, que una de las partes más críticas del cerebro a la hora de controlar las emociones es la corteza prefrontal, una región situada en la parte de delante del cerebro. Y sigue desarrollándose hasta un poco después de la adolescencia, hasta los 20 años, aproximadamente.
Eduard Punset: 20-25…
Richard Davidson: Sí. De manera que las intervenciones que se produzcan antes de eso serán más útiles. Además, es muy probable que haya una gran transición entre los 5 y los 7 años de edad en los humanos. Hay muchos motivos para creer, también, que las intervenciones que se hagan antes de esa transición serán especialmente eficaces a la hora de sentar las bases con habilidades que, si persisten, permitirán otras habilidades que se asienten en ellas. Es como una especie de andamiaje. Hay una necesidad acuciante de investigar más en este campo, porque apenas se han realizado estudios sobre la influencia del aprendizaje social y emocional en el cerebro.
Fuente: Redes para la Ciencia
http://www.redesparalaciencia.com/wp-content/uploads/2010/04/entrev57.pdf
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Esperanza Guerra
Dentro de un aula tenemos màs de 40 alumnos y cada uno con emociones diferentes y el tiempo de hora clase es apenas de 40 minutos,siempre se me va a eswcapar el tomar en cuenta a los mas molestosos y si quiero trabajar con las emociones de cada chico se me va hacer difícil llegar a todos,la mayoria de los chicos con los que trabajo tienen rmociones problematicas que afectan a su cerebro y es mas difìcil lllegar a ellos.Sin querrer decir que es imposible lo que se expone, pero la realidad en la que se vive a cada momento es otra.
Luis E Ardila A.
Absolutamente convencido de gestionar herramientas o habilidades con los niños para emociones negativas. Eso les permitirá tener una vida social sana.
Pero, a su vez, es importante que los hermanos mayores y adultos que rodean a los niños se esfuercen por aprender esas habilidades. El ejemplo forma más que el enseñar.