Dile a tu hijo cuánto lo amas y que merece lo mejor del mundo

Queridos Amigos, quiero compartir con ustedes un extracto del libro “El Poder del Espejo” de mi amada maestra Louise Hay. En el que habla sobre la importancia de educar a nuestros hijos en el amor incondicional, el empoderamiento y el merecimiento. Hacerle entender a nuestras futuras generaciones desde temprana edad, que tienen todas las herramientas para lograr y alcanzar todo lo que se propongan, todos sus sueños. Educarlos en el mensaje de que son ellos los creadores y forjadores de su vida, que en sus manos está, y no en otra parte, vivir una vida feliz, sana y en plenitud, derecho de cada ser humano.

Sigo afirmando la idea de que hoy nuestra educación, y no solo la educación que podemos darles como padres a nuestros hijos, sino que la educación fuera de casa, ya sea, escuelas, jardines infantiles, universidades…, tendría que darle importancia mucho más a este mensaje. Sé que ya hay muchos establecimientos que lo hacen, pero no tendría que ser solo en algunos privilegiados, sino en todos, o en la mayoría.

Hablando de manera muy personal, prefiero pensar que algún día será así, ya estoy trabajando para esto  compartiendo con ustedes desde este espacio, mi espacio, nuestro espacio, estas nuevas maneras de ver la educación, una educación más amorosa, empoderada, consciente.

Aquí les dejo el extracto. Espero lo disfruten y los llame a la reflexión:

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¿De dónde proceden estas creencias negativas? Las aceptamos cuando éramos pequeños. Entonces absorbíamos todo lo que nos decían. Cuanto más oíamos a nuestros padres u otros adultos decir cosas negativas sobre nosotros, más nos las creíamos.

Cuando éramos pequeños solíamos decirnos cosas horrendas y menospreciarnos los unos a los otros. Pero ¿por qué lo hacíamos? ¿Dónde aprendimos esa conducta? A muchos de nosotros nuestros padres y maestros nos llamaron estúpidos, bobos, o perezosos, nos dijeron que causábamos problemas o que no éramos lo bastante buenos. A lo mejor nos avergonzamos al escuchar esas opiniones, pero nos las creíamos. Poco podíamos imaginar lo nociva que iban a ser estas creencias o hasta qué extremos quedarían arraigadas en nosotros el sufrimiento y la vergüenza que nos iban a ocasionar (…) En la escuela no me enseñaron el efecto que tendrían mis palabras en mi vida. Nadie me enseñó que mis pensamientos eran creativos, que literalmente podían dar forma a mi destino o que lo que yo dijera verbalmente regresaría a mí a través de experiencias. Nadie me dijo nunca que merecía que me amasen o que me sucedieran cosas buenas. Por supuesto, tampoco nadie me dijo que la vida estaba para apoyarme.

Ahora podemos cambiar todo eso para nuestros hijos. Una de las cosas más importantes que podemos hacer  por ellos es recordarles la verdad básica de que son encantadores. Nuestro papel como padres no es ser perfectos, hacerlo todo bien, sino ser cariñosos y amables (…) Cuánto más se amen y respeten los niños, más fácil les resultará tomar decisiones correctas en su vida. 

Es importante que inculquemos en nuestros hijos el sentido de independencia, de poder y que sepan que pueden marcar la diferencia en el mundo actual. Pero por encima de todo, es esencial que les enseñemos amarse a si mismos y a que sepan que son lo bastante buenos hagan lo que hagan.

Los más jóvenes nos están mirando y escuchan todo lo que decimos. Sé un buen ejemplo de frases y afirmaciones positivas (…) Educa a los niños que hay en tu vida, del mismo modo que tú estás aprendiendo a educarte a ti mismo (…) Lo que importa es que ames incondicionalmente a tu hijo, y ante todo que te ames a ti mismo incondicionalmente. Ahora observa como se producen los milagros para tus hijos y para ti.

Louise Hay

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